Al fin y al cabo
somos lo que hacemos.
No lo que decimos que vamos a hacer.
Y nadie tiene derecho a juzgarnos.
Porque, nunca nadie va a sentir desde nuestro lugar.
Hago lo que puedo,
con lo que soy
con lo que voy siendo.
Me atrevo a sentir.
- Sentirme.
y no hay nada más grande.
Despedazarme. Armarme. Y seguir.
Al fin y al cabo,
sentimos para poder existir.
Cualquiera sea la realidad que nos toca.
Al fin y al cabo,
el corazón sigue latiendo.
Aunque la trampa de querer encontrar un porque,
nunca nos va a dejar en paz.
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