Dejarte caer.
Eso también es
aprender.
Estar siempre de pie,
a mi me cansa.
Y no hay nada más mágico
que rebrotar después de haberte marchitado.
Caerte.
Saberte frágil.
Abrazarte.
Acompañarte
y volver a levantarte.
Empezar de nuevo.
A cada hora.
Cada segundo.
Cada milésima.
Eso también es
aprender.
Estar siempre de pie,
a mi me cansa.
Y no hay nada más mágico
que rebrotar después de haberte marchitado.
Caerte.
Saberte frágil.
Abrazarte.
Acompañarte
y volver a levantarte.
Empezar de nuevo.
A cada hora.
Cada segundo.
Cada milésima.
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